domingo, 19 de agosto de 2012

Vicios caros.

Sucio, oscuro... Sexy. El tiempo decidió pararse cuando empezó a lamerme la espalda. Y los pensamientos. Tener ganas de que vuelvan a hacerme daño... qué masoquista ¿No?
Y desintegrarnos, y consumirnos el uno al otro como aquel 'cigarro' que parecía no acabar nunca. Y no quería que acabase nunca. 
Vuelven esos enormes ojos verdes a penetrarme las costillas. Vuelven esas ganas locas de hacer rabiar a tu cuello... 
Pero todo es tan enormemente falso, queda tan poca sinceridad en aquellos besos... lentos, y tanta soledad entre mis manos, que es normal que te las agarre con tanta fuerza. Son mi dosis alta de engaño. Lo son. Y es taaan sumamente triste, tan excitantemente morboso, que no dejaría de hacerlo en un millón de años.

Así que...

Si vas a romperme el corazón
No te dejes ni un pedazo.
Para mí ya es desgarradoramente duro ser quien (no) soy.