lunes, 30 de enero de 2012

The good lovers

1 El buen amante, ama. No está contigo por estar, sino por ser. Se preocupa por tus problemas, pero se ocupa de tus placeres. 

2 El buen amante no te hace el amor: te follama. Quiere de ti la perra y la princesa, y montar con ambas un trío de iguales. 

3 El buen amante vive cada encuentro sabiendo que habrá más, pero no cuántos. Y lo disfruta como si fuera el primero o el ultimo.

 4 El buen amante escucha, porque le interesa lo que piensas. Pero no intenta ordenarte la vida, sólo llenártela de secreta complicidad.

 5 El buen amante es más que un amigo, porque le importas pero no te pide nada a cambio, mas que lo toque latir juntos.
6 El buen amante es más que un novio o un marido. Es tu dueño por momentos,pero sabe que te perteneces a ti misma y por eso te das a él.
7 El buen amante ha de leer poesía en tu cuerpo, o escribirla dentro. Y lamer tu mente con el mismo deseo que lame tu piel. 
 8 El buen amante no posee, te tiene mientras lo tienes. No hay contratos mas leales que los que se cumplen porque no existen.
9 El buen amante ha de estar un poco enamorado y no ocultarlo. Lo suyo no es comercio de sudores sino la libertad de dar sin garantías.
10 El buen amante no tiene reglas. Se hacen y deshacen en cada cita clandestina. Pero algo tenia que escribir, hasta el próximo encuentro.

domingo, 15 de enero de 2012

Honey, give me love!

Respóndeme a eso que no me atrevo a preguntarte, añade luz a mi túnel, no más piedras en mi camino. Dame amor, dame amor, dame amor... Pídeme que te quiera con locura, pídeme besos bajo el sol, bajo la sábanas, bajo las luna. Pídeme amor. Regálame un te quiero cada mañana al despertarme, aunque no duermas a mi lado, regálame equilibrio, regálame ese abrazo que sabes que necesito esta noche. Regálame amor.  Ofréceme tu hombro para esas noches en las que mi almohada no me escucha, ofréceme ese trocito de ti que aun desconozco, ofréceme ese helado que engorda mucho, mucho, pero que sabes que me encanta. Ofréceme más amor. Otórgame el poder de quererte todos los días, el privilegio de ayudarte, de decirte cada tarde lo feliz que me haces, de cada mañana que me encantas, de lo mucho que me divertí aquella noche… Amor, dame amor, dame amor, dame amor...


domingo, 8 de enero de 2012

I want to believe in you

Tenía unas ganas irremediables de sentir indiferencia antes lo hechos que me acontecen, quería que las dudas que me asaltasen la cabeza fueran respondidas con el más intenso resoplo..."¿Qué más da?" 
Una vez leí que si querías ser feliz, debías decírtelo y creértelo, y al final de los 7 días de la semana lo serías. Es cierto. Nada como la autoconvicción con uno mismo para alcanzar la tranquilidad que se necesita a veces. Tiendo a preguntarme: ¿si evito las preguntas que me asaltan la cabeza repetidas veces, desaparecerá la duda en mi? 
Me gustaría pensar que si, que las cosas se solucionan solas, o simplemente si las dejas pasar. Pero no creo que esa sea yo. No creo que sea capaz de aguantarme mis ganas de gritar lo que siento. No creo que sea capaz de reprimirme, de no volver a hacerme preguntas idiotas y retóricas sobre él, sobre qué será de nosotros dentro de X tiempo, a dónde vamos...
Y tú sin embargo, estás tan tranquilo, tan taciturno, un poco imbécil a veces, pero feliz. Miras la vida con otros ojos, y parece que funciona, pero no sé cual es el mecanismo. No te inmutas ante nada, o pareces no hacerlo, y admiro esa capacidad para pasar de todo, pero he de reconocer que me irrita a veces. Pareces tener el control... y eso me da tanta envidia.
Pero todo se resume en el fin de mis inconformidades con la vida. Algunos me dicen que no es para tanto, "confórmate con lo que tienes, que es no está nada mal por ahora". Pero me niego a decir que si siempre, a reír por la mañana y llorar por las noches, a que las expectativas de mis sueños se queden cortas. Porque no, yo no soy así. Lo que amo realmente, lucho hasta conseguirlo. Y yo quiero amor del bueno, quiero que me quieran mucho, y que me lo demuestren, quiero querer hasta que me sangre el alma. Y si soy joven, y no sé ni siquiera un palmo sobre la vida, todos están hartos de decirmelo, pero todos debemos caer y levantarnos solos muchas veces en el camino. Solo así se aprende, a base de experiencias, y yo quiero vivir tantas como pueda. No quiero arrepentirme cuando pasen los años de no haber vivido lo que me tocaba, no quiero reproches personales.., quiero mirar atrás y sonreír, y estar orgullosa de lo que he sido, lloraré, porque llorar sana y calma, pero espero secar más lágrimas ajenas que propias

1984

Lo atrajo hacia sí, de modo que quedaron de rodillas frente a frente.
-Oye, cuantos más hombres hayas tenido más te quiero yo. ¿Lo comprendes?
-Sí, perfectamente,
-Odio la pureza,odio la bondad. No quiero que exista ninguna virtud en ninguna parte. Quiero que todo el mundo esté corrompido hasta los huesos.
-Pues bien, debo irte bien, cariño. Estoy corrompida hasta los huesos.
-¿Te gusta hacer esto? No quiero decir simplemente yo, me refiero a la cosa en sí.
-La adoro.
     Esto era sobre todas las cosas lo que quería oír. No simplemente el amor por una persona sino e instinto animal, el simple indiferenciado deseo. Ésta era la fuerza que destruiría al Partido. La empujó contra la hierba entre las campanillas azules. Esta vez no hubo dificultad. El movimiento de sus pechos fue bajando hasta la velocidad normal y con un movimiento de desamparo se fueron separando. El sol parecía haber intensificado su calor. Los dos estaban adormilados. Él alcanzó su desechado mono y la cubrió parcialmente.
       Al poco tiempo se durmieron profundamente. Al cabo de media hora se despertó Winston. Se incorporó y contempló a Julia, que seguía durmiendo tranquilamente con su cara pecosa en la palma de la mano. Aparte de la boca, sus facciones no eran hermosas. Si se miraba con atención, se descubrían unas pequeñas  arrugas en torno a los ojos.  El cabello negro y corto era extraordinariamente abundante y suave. 
  Este cuerpo joven y vigoroso, desamparado  ahora en el sueño, despertó en él un compasivo y protector sentimiento. Pero la ternura había sentido mientras escuchaba el canto del pájaro había desaparecido ya.
Le apartó el mono a un lado y estudió su cadera. En los viejos tiempos, pensó, un hombre miraba el cuerpo de una muchacha y veía que era deseable y aquí se acababa la historia. Pero ahora no se podía sentir amor puro  Ninguna emoción era pura porque todo estaba mezclado con el miedo y el odio. Su abrazo había sido una batalla, el clímax una victoria. Era un golpe contra el Partido. Era un acto político.


George Orwell 1964