jueves, 29 de abril de 2010

Me gustaría no escribir éstas cosas...




Ya vuelve el calor, con ello se va un poco de nuestra rutina. Oh, rutina, rutina, tu que me amargaste tantos fines de semanas, y me hiciste pasajeros algunos días. Sinceramente, necesito que se aleje un poco de mí. Mi rutina se ha vuelto algo pesada. Echo de menos tantísimas cosas…Quiero volver a ponerte ojitos tiernos, quiero que me pongas esa cara que tanto me gusta, y que tú, con dulzura salpiques mi piel con un suave beso. Quiero que pasemos horas y horas besándonos en la noche, que me abraces fuerte y que la luna nos guiñe un ojo desde lo más alto del universo. Echo de menos el sabor de un beso. Siento que me falta algo, siento que no voy a ninguna parte, siento que, mi inspiración que eras tú, se está yendo. Y pienso en lo que me queda, a dónde voy o que quiero hacer. Y no encuentro respuesta alguna... Necesito algo para que la monotonía de cada día me parezca menos pesada. Quiero que me mires y me digas con la mirada, lo mucho que te gusta que me ponga tu blusa por las mañanas, o, un bonito mensaje que de un poco de brillo a mis sueños al dormir. O tal vez consuelo cuando estoy triste. Sí lo reconozco soy egoísta, pero que quieres, me acostumbre a los dulces sonidos de aquella melodía que llamaba tu voz, me acostumbre a tus besos, tu compañía, tu sonrisa o tus consejos. Me acostumbré a ti, que es lo peor que le puede pasar a alguien...Hecho de menos tantas cosas, me gustaría importarte tanto como tú lo haces en mí, me gustaría...Me gustaría, me gustaría, ¿Sabes lo que más me gustaría? Sentir que te importo, sentir que para ti soy la única, que me amas sobre todas las cosas del mundo, que me sientas dentro de ti, y al besarme sientas ese enorme cosquilleo de aquello a lo que llaman amor.

sábado, 24 de abril de 2010

Si no te quisiera lo sabrías.


Mi vida sigue parada. Da vueltas sobre sí misma, pero siempre vuelve a su eje principal. Me gusta la tranquilidad. Estar en equilibrio, serena, tranquila. Un poco de paz viene bien siempre. En mi cabeza cada vez habitan menos cosas. Siempre guardo aquello recuerdos bonitos, que nos hacen entonar una sonrisa, en otros casos una lágrima. Los guardo porque son parte de mí. Tengo que vivir con ellos, y usarlos en casos de que los necesite. La verdad es que, no niego que no eche de menos a alguien que de sobresaltos en mi mente, que me odie hasta matar, o que me quiera con locura. Sí, la verdad es que se echa de menos. Pero, por una vez, quiero cambiar el rumbo de las cosas. Dejar todo surgir, aparcar el miedo a su fin. Sonrío. Estoy feliz, me siento bien, hace calor, estudio bastante, bueno resultados, están todas conmigo, ningún contratiempo. He hablado contigo después de mucho tiempo. Las cosas se tornaron mal al principio, pero salí airosa de la situación. Yo, manipuladora, como siempre. Empezamos a discutir, a odiarnos tanto como en aquellas ocasiones. Me encanta que nos odiemos. Más tarde, con mi dominio del léxico, cambie de tema. Me río. Te lleve hacia el verano. Dios, verano, verano, verano. Excitante, dulce, bonito, emocionante. Y es que ese momento me lo guardo para mí. Para mí, para mí, para mí... El momento de recordar recuerdos del dulce sabor veraniego. De recordar buenas, malas, estúpidas experiencias. De recordarte a ti comiéndome a besos. Recordarme a mí devorándote en caricias. De nosotros. Seres humanos al fin y al cabo. Jóvenes, jóvenes locos, que ardíamos en deseos de fundirnos en uno sólo, que por primera vez probamos el dulce sabor de eso a lo que llaman amor. Recuerdos, recuerdos, recuerdos... Me encantan estos paréntesis en mi mente, hacer que mi cabeza gire más rápido y más lento de vez en cuando, que me asuste y que mi adrenalina suba por momentos ,y al final, seguir rotando con tanta felicidad. Me encantan estas pequeñas historias, me encanta tener las cosas que quiero, y las que no, lucharlas con fuerzas. Me encanta sentirme fuerte. Hoy soy fuerte, mañana no sé. Me gusta la intriga, me gusta lo improbable, pero no lo imposible. Me gusta conseguirte. Me gusta que me consigas...

jueves, 15 de abril de 2010

Y por más que lo intento

Y se dejan escapar dudas en su mente sobre aquellas maravillosas palabras dichas una noche de verano, mientras se besaban a la voz de una tormenta tropical. El cielo, teñido de nubes que no presentían nada bueno. La calle, los árboles, todos en calma, eran perfectos. Él era perfecto. La noche iba a ser perfecta. Estaban enamorados. Se les escapaban "te quiero" como gotas empezaban a caer por segundos en el suelo. Y se miraban. Y sus miradas podían traspasar en esos momentos, todas las barreras que la vida les hubiese puesto. Sus palabras, verdaderas, hacían más excitantes la realidad.
A pesar de haber pasado 6 meses justo desde aquella preciosa historia, que parecía sacada de una película, no consigo olvidarla. Últimamente no paro de pensar. Pienso en qué pasa, en qué está pasando con todo esto, contigo, conmigo, con terceras personas. Oh, dios. Odio esta situación. Si tan verdaderas que parecían sus palabras y si esa historia tan de película que parecía. ¿Por qué no tuvo un final feliz? ¿Por qué no se quedo con ella en su regreso? ¿Por qué?, ¿por qué?, ¡¿Por qué?!
¿Qué, por qué? (y por primera vez, encuentro respuesta a algo preguntado). Nunca hubo un final, nunca lo ha habido. Todavía estoy a tiempo de cambiar esa historia. ¡Manejemos al destino!... ¿Sabes? Aun así nunca me rindo, nunca lo haré. Y a veces duele, y a veces se agradece...
PD: Vuelve a mirarme tan intensamente, que tu mirada pueda traspasar la mía. Haz que sea inolvidable, haz que sea diferente, único... Secreto. Tuyo, mío. Nuestro. Algo inolvidable.
Prométeme que lo harás...

domingo, 11 de abril de 2010


Insomnio. 4 a.m. No consigue dormirse. La cabeza no para de darle vuelta. O... es ella más bien las que se las da. Está agobiada. Intenta llevar todo a la perfección, cosa casi imposible. Y se ralla. Y no duerme. Y mañana instituto. Está bien, mañana toca descansar un poquito y no ir. Ella también merece un descanso. Se ha llevado nueve horas encerrada en su cuarto. Ocho de ellas estudiando y seis llorando. Sí, sí llorando. Es uno de sus secretos mejor guardados, cuando estudia matemáticas. El llanto y la impotencia de no saber resolver esas estúpidas cuentas que no sirven para absolutamente nada la llevan a un nivel tan elevado de rabia que consigue hacer milagrosamente los ejercicios. Muchas veces le pasa. Muy a menudo. Ella llora porque lo necesita. Sin más. No se plantea algunas veces ni el hecho de porqué lo está haciendo. Llora y punto. Se sienta en el borde de la bañera, y sin saber porqué empiezan las lágrimas. Sólo tiene ganas de llorar y no sabe porqué. ¿Nunca te ha pasado? En principio no tiene motivo alguno para hacerlo, pero a medida que los segundos pasan, si los encuentra. Y no uno ni dos, si no miles y miles. Y se atormenta. Y llora desaforadamente sin poder controlarlo. ¿Llora por tristeza? No se... ¿Llora por impotencia? Tal vez... ó... ¿Llora por que le extraña?... y la pregunta se deja caer en su mente...Pero, ¿A quién quiere engañar? ¡Joder! Llora por inseguridad. A veces ella duda de sus capacidades. Llora por verse atrapada en vicios inconfesables, por verse atrapada. Cuantísimas veces ha intentado pasar página, dejar todo surgir, olvidarse de él y limpiar esos malos recuerdos, sin conseguir objetivo alguno. Y entonces, surge el miedo en ella. Tiene miedo. Mucho miedo. Miedo a volver a su pasado y que éste con rabia se le eche en cara. Se acuerda de él. Y desearía en ese momento odiarlo con todas sus ganas. No sabes las muchas veces que lo ha deseado. Odiarle, tenerle asco. Desear que no existiese. Y ya ni siquiera recuerda en el primer instante en que él se instaló en su mente, empezó a deambular por ella y a dar guerra sin parar. Desearía rebobinar ese momento y haber hecho las cosas bien. Cuántas veces habría deseado tener una máquina del tiempo, dar marcha atrás, hacer las cosas bien, corregir esos errores que marcarían el camino de su vida, el camino de su felicidad. Quizás un día se equivocase de túnel y hubiese escogido el equivocado. Pero, piensa. ¿Y si el camino escogido no tiene salida? ¿Y si el túnel es oscuro y está lleno de malos momentos? O... ¿Y si el túnel, aunque ha simple vista, pareciese difícil de cruzar, estuviese la meta? ¿Y si allí encontrara la meta de su vida?


Y... ¿si esa meta llevase a la felicidad eterna?


Pd: Espero encontrarte en mi camino; espero que cruzemos esa meta juntos.

viernes, 9 de abril de 2010

Mírame.Mírame como lo hacias antes.¿Qué sientes? ¿No sientes nada? Mírame con esa mirada intensa, con la que me mirabas cuando estabas enamorado de mí.
¿Qué fueron de aquellos besos?... Ese sabor a mermelada. Todavía recuerda ese sabor. Su olor, su perfume.Y aveces cuando duerme, cuando come, cuando anda, en fin, en todos esos momentos en los que pienso en él, su olor le entra en lo más profundo de su ser. Y le recuerda. Y sonríe. Y le recuerda. Y le recuerda. Y le recuerda...
Intenta bajar de su nube.Intenta llegar a la realidad. Y es cierto, que cuando roza esa realidad, un trozo de ella se queda ahí.En la nube.Un trozito de ilusión, de saber que algún día, bastante lejano, vendrá a ella. La agarrará con fuerza. Le dirá las dos palabras más especiales creadas por el ser humano. Sus labios se unirán para formar solo uno. Y se mirarán... Y ya nunca jamás se separaran. Jamás, jamás, jamás...
Pd: Espero que algún día pienses en lo que te estás perdiendo, reacciones y te des cuenta de esto tan grande que yo siento por tí. Y pienses sinceramente que me cuesta vivir sin tí. Te quiero... y es que no puedo remediarlo. No puedo. Por más que lo intento. No puedo, no puedo. No puedo...

Por siempre


Lo nuestro no acabó...jamas ha acabado.
Y... ¿Has amado alguna vez a alguien hasta llegar a sentir que ya no existes? ¿Hasta el punto en el que ya no te importa lo que pase? ¿Hasta el punto en el que estar con él ya es suficiente, cuando te mira y tu corazón se detiene por un instante?
Yo sí...

Y es que hay muchas formas de quererse, ¿sabes? Pero la suya era... total. Un amor puro, increíble, alucinante. Un amor especial como hay pocos. Y ellos lo sabían. Todos los enamorados del mundo creen que su amor es único y distinto, pero el de ellos si lo era. Estaban hechos el uno para el otro, se tenían y deseaban fundirse en uno solo, cuando estaban juntos el tiempo se aceleraba, y cuando estaban separados se hacía eterno. Cada beso, cada caricia, era un puro sentimiento desnudo. Podían pasarse horas mirándose a los ojos y nada más, pero cuando se acariciaban, se besaban... entonces... no hay palabras para describir esa emoción
Queridísima Ali:
Anoche no pude dormir pensando que habíamos terminado pero he dejado de amargarme porque sé que lo que tuvimos fue real. Si en algún lugar en un futuro lejano nos reencontramos en nuestras nuevas vidas, te sonreiré con alegría y recordaré el verano que pasamos bajos los árboles, aprendiendo uno del otro y creciendo en el amor.El mejor tipo de amor, es aquel que despierta el alma, te trae paz a la mente y te hace aspirar a más, eso es lo tu me has dado y lo que yo he esperado darte siempre.Te quiero; Noa.
Los amores de verano terminan por todo tipo de razones, pero al fin y al cabo todos tienen algo en común: son estrellas fugaces. Un espectacular momento de luz celestial, una efímera luz de la eternidad que en un instante se va.

sábado, 3 de abril de 2010

Roou!:)

Reflexiona sobre la amistad. En ese aspecto no se puede quejar. Es algo de lo que no puede. Y lo sabe. Sabe que siempre, siempre, siempre la ha tenido cuando lo necesitaba.
Y sí, se podrá quejar sobre su amor imposible, o sobre las cosas que le joden en este mundo. Pero no puede hacerlo de ella. Ella, la persona más especial de su vida. Su amiga íntima. Ella, única persona que la hace olvidar malos momentos por un tiempo. Ella, única persona que la entiende (o intenta entenderla), la escucha, y no la juzga sobre sus malos actos.
Ella, ella, ella, bonita , especial, alegre, sencilla, serena.

¿Cuántos momentos buenos habrán pasado juntas? Millones y millones. Todos buenos.
¿Cuántas veces han peleado, se han pegado y han empezado a reir como dos gilipollas? Millones y millones.
¿Cuántos hipop's habrán pasado por sus caras? Infinitos.
¿Cuántas veces disfrutan al día sobre las cosas más insignificantes de este mundo, como puede ser un estúpida pegatina del hormiguero, un kinder bueno o una siesta después de comer? Incontables
¿Cuántas veces reirán en el día, llorarán por tonterías y sí, algún desliz que otro...?
Sonríe. Ríe. Y se hace está pregunta.
¿Cuántas personas en el mundo podrán disfrutar de una sensación taaaaaan especial como las que ellas sienten?

Mmmm. Historias...Historias. Todas distintas, miles por minutos. Millones en el mundo. Distintas, pero iguales.